¿Me entrevistas o me quieres?
El entrevistador debe ser incisivo y repreguntar, pero con límites
La preparación, el respeto y saber escuchar son claves
Juan Cruz
11 ENE 2013 - 00:40 CET
El 14 de octubre de 1892 la mujer de Rudyard Kipling, Caroline, escribió en su diario, según se cuenta en
Las mejores entrevistas de la historia
(Edición de Christopher Sylvester, EL PAÍS Aguilar, 1993), que la
jornada de ambos en Boston se había “echado a perder a causa de dos
periodistas” que habían querido entrevistar a su marido. Kipling explicó
con más detalle su ira: “¿Que por qué me niego a ser entrevistado?
¡Porque es una inmoralidad! Es un delito, en la misma medida que una
ofensa a mi persona y una agresión, y como tal merece castigo”. Es más,
decía: “Es una vileza y una cobardía. Ningún hombre respetable pediría
una cosa así; y, menos aún, la concedería”.
Sylvester, el editor de este libro, recuerda que Kipling cometió la
misma vileza que deploraba con Mark Twain, a quien entrevistó unos años
antes de amenazar a los reporteros de Boston. Saul Bellow, que tenía un
carácter más apacible que el de Kipling, creía que las entrevistas “eran
marcas de huellas dactilares en su garganta”. Para ilustrar el
resquemor del entrevistado ante el reportero, Sylvester saca a colación
una anécdota que Dustin Hoffman cuenta de lo que fue su primer contacto
con un entrevistador. Había entrado en su casa una periodista. “Ya
tenían decidido lo que yo era”, cuenta el protagonista de El graduado.
“Acababan de encerarme el suelo cuando llegó la periodista. Husmeó el
aire y concluyó: ‘¿Ha estado fumando yerba?’. Le respondí que era el
olor de la cera y me contestó: ‘Vamos, sé cómo se lo monta la gente como
usted”.
En un libro de 1927 que Sylvester cita al principio de su interesante
recopilación, Edward Price Bell explica: “Entrevistar, en el sentido
periodístico, es el arte de extraer declaraciones personales para su
publicación... La entrevista es un mecanismo cuidadosamente elaborado,
un medio de transmisión, un espejo”. Pero si el otro no colabora, si no
consigues respuestas, ¿para qué sirvió el esfuerzo de concertarla?
Ahora que el género de la entrevista se halla en el centro de la
controversia generada en torno al tono de la conversación televisiva de
Jesús Hermida con el rey Juan Carlos hemos acudido a algunos
entrevistadores de referencia. ¿Cómo tiene que ser la actitud de un
entrevistador? ¿Cuáles son sus límites?
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